De pronto me di cuenta que la tensión que siento es porque hay una decisión que aún no tomo el dolor de extirpar aquello que nos va apagando y que genera adultos sin energía de almas grises y recuerdos felices, adultos de memorias grandiosas, viviendo tras los ojos tristes. Gracias por prestarme tus ojos por un rato. Gracias por la maestría en la vida, hijo mío