Se ahorcó. Lo intentó hasta la muerte. Gastó más de 3 millones de carretes de hilo. Como ninguno le daba la muerte. Los coleccionó por colores. Los escondió en el gabinete, debajo del fregadero. Llevaba más de seis veranos. Un día, a las 12 del mediodía, y con un calor infernal enrolló los carretes, uno por uno, alrededor de su cuello, se subió al gabinete amarró el grueso hilo a la lámpara de la cocina y saltó. Su ex lo encontró con lágrimas y los ojos abiertos
Rocío (Ro) Christensen
@rocio · 0:52
Hola. Enrique. Qué intenso. Qué intenso. Me gusta. Consigues hacer mucho en un espacio muy pequeño. Y me gusta la última línea. Espero a que eso cerrara la puerta y murió. Me gusta es claro. Y es Ahí existe una tensión, incluso desde el principio. Y sabemos que se va a suicidar. Pero me gusta que consigas que la tensión vaya más, incluso Sabiendo lo pasa al final, ahí, que no las relaciones. Sí
Grace Suarez
@sualibros · 0:26
Enrique escuché tu cuento y me encantó. Me pareció preciso conciso y lo verás si bien en el título contar algo muy importante igual mantener el suspenso a lo largo de toda la historia. Realmente me gustó tanto que voy a seguir escuchándote. No dejes de seguir subiendo Dos Cuentos Aca